En los años 80 y 90 del pasado siglo, clubs nocturnos de París como Le Palace marcaron una época en la que la pista de baile era el lugar donde se medía la modernidad. Hoy, sin embargo, el panorama es otro: la Generación Z ya no vibra al ritmo de los DJs. Prefieren la comodidad del salón de su casa, pasar horas jugando con la PlayStation, dejarse llevar por el scrolling de los vídeos de TikTok o sucumbir a las series de la platadorma audiovisual Netflix.
Según informa ABC, la escena que un día deslumbró al mundo se apaga poco a poco. En la capital francesa, los clubes nocturnos cierran en masa, y lo que fue una forma de vida para toda una generación, ahora parece un pasatiempo de otra época.
Así, de los 6.000 clubes que había en Francia en la década de 1980, hoy sobreviven apenas 1.400. Más de dos tercios de las discotecas han echado el cierre, arrasadas por una tormenta perfecta de factores que va desde la pandemia del Covid-19 hasta el aumento de la inseguridad, la precariedad económica de los jóvenes y la competencia de las pantallas digitales. Malos tiempos para ser portero de discoteca.
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