Como diría un prestidigitador, nada por aquí, nada por allá. Los descendientes del dictador Francisco Franco han abierto, obligados, a las visitas la Casa Cornide de A Coruña. Pero los primeros visitantes se ha encontrado con un interior “vacío” y frío, porque la familia del autócrata no ha dejado dentro de la casa ni una caja de cerillas. Han arramblado con el mobiliario y demás objetos que se encontraban dentro del inmueble.
Según informa Infolibre, tras años de insumisión, multas de la Xunta y mucho oscurantismo, los Franco abrieron la Casa Cornide de A Coruña obligados por la declaración BIC (Bien de Interés Cultural) del palacete del casco antiguo. Pero tenía truco, pues todo lo que los Franco pudieron llevarse ya se lo llevaron, y del palacete, obtenido en una venta simulada similar a la del Pazo de Meirás, no queda más que la estructura, quedando como una casa vacía, desmontada y deshabitada.
Las puertas se abrieron este pasado lunes a las nueve de la mañana, con una primera visita que incluyó a la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, atónita ante el escamoteo de los Franco, que solo dejaron la carcasa del palacete y se quedaron con todo lo demás.
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