El explorador urbano británico Luke Bradburn descubrió por casualidad en Japón una ciudad turística completamente abandonada desde los años 90. El lugar, conocido como Kinugawa Onsen, fue en su día un famoso destino de aguas termales, pero hoy sus hoteles gigantescos yacen vacíos, cubiertos de vegetación y silencio.
“Estaba explorando otras zonas cercanas a Fukushima cuando me topé con este distrito entero de hoteles abandonados”, explicó Bradburn en declaraciones recogidas por As. “Era como caminar por una ciudad fantasma”, añadió. Según dijo, a pesar de su estado de abandono exterior, muchos de los interiores seguían intactos, con habitaciones y objetos congelados en el tiempo.
El adinerado delincuente ha sido condenado a 15 meses de prisión
El empleado lamentaba públicamente que la empresa le diera de comer las sobras de los clientes
La víctima era un trabajador del sector turístico