Al circo pop de Katy Perry no paran de crecerle los enanos. Ya no es solo que su carrera va camino de sumirse en la irrelevancia, sino que cada paso que da parece ajado por el destino. El último desatino: la grabación de un videoclip sin autorización en s'Espalmador, un islote cercano a Formentera (Baleares).
Según informa El Español, la cantante ha tenido que pagar una multa de 6.001 por grabar en ese paraje varias escenas del video que acompaña a su canción Lifetimes. La productora responsable del rodaje, WeOwnTheCity, no solicitó el permiso necesario. Una acción que se considera una falta "grave", aunque sin agravantes, pues "no hubo daños ambientales".
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