Los artistas callejeros pueden ser un plus que amenice y dé color a la experiencia de los turistas. El problema es que, junto a personas que de verdad aportan un buen hacer y un talento incuestionable, hay otras que simplemente pretenden costearse su adicciones aporreando instrumentos, molestando al turista y deteriorando la imagen del destino. Por eso, muchas ciudades han regulado este sector, habilitando puntos donde se puede ejercer esta actividad sin molestar y estableciendo procesos de selección.
Según informa Diario de Ibiza, en abril el Ayuntamiento de Ibiza anunció la puesta en marcha de un decreto para regular el sector de artistas y músicos callejeros en la ciudad, pero a juzgar por las quejas de algunos miembros del sector, "la pretendida regulación está resultando un fiasco" ante la falta de efectivos de la Policía Local que puedan controlar debidamente su cumplimiento.
Así, según aseguran músicos que sí pasaron este proceso de selección, hay más de una decena de personas que están actuando en el barrio histórico de Vila sin autorización municipal. Lo legales han pagado la tasa de ocupación de vía pública, están dados de alta en la Seguridad Social y pagan un seguro de responsabilidad civil. Los otros, los ilegales, simplemente se plantan en alguno de los puntos habilitados y ofrecen su arte, si es que lo tienen.
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