Torrevieja (Alicante) se ha convertido en la Ibiza de las gallinas, que han decidido pasar estos tórridos días en la conocida ciudad costera. Tal es la afluencia de estas aves, que ya se habla de invasión de gallinas, que pasean rampantes y despreocupadas por los parques y zonas verdes del municipio. No hay formas de pararlas, evitar su reproducción o capturarlas. Son como los conejitos de Duracell, incansables y a su bola.
Para el Ayuntamiento de la localidad, tanta gallinada, “no representan un peligro ni una invasión”. Pero, según informa El País, se calcula que ya hay unos 700 ejemplares, que campan a sus anchas por Torrevieja, haciendo su agosto y cacareando ufanas.
Las autoridades científicas no acaban de ponerse de acuerdo en qué fue primero, si el huevo o la gallina, pero en Torreviaja lo tienen clarísimo. Si al menos hubieran acudido en Semana Santa, los huevos depsedigados hubieran servido de juego a los niños, que correrían en su búsqueda según la tradición. Pero esta especie de desembarco de Normandía gallináceo ha acontecido en agosto, cogiendo a todos por sorpresa.
El agente estaba convencido de que escondían alcohol
Ya hay webs dedicadas exclusivamente a esta actividad
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