El Gran Hotel Callao Salvaje, en el municipio tinerfeño de Adeje (Tenerife), no recibía huéspedes desde la pandemia del COVID-19, cuando tuvo que cerrar definitivamente sus puertas por la crisis económica generada. Pero desde hace unos meses cuenta de nuevo con huéspedes, aunque de una clase muy diferente, pues hoy viven en él más de 300 okupas.
Según un reportaje publicado por El País, el pasado mes de febrero comenzó la entrada de estas personas al establecimiento, con los primeros cuatro okupas que accedieron al complejo turístico. Desde ese momento, el número de okupas ha ido creciendo, llegando a subarrendarse y a anunciarse a través de la red tanto habitaciones como zonas comunes, hasta el punto de que en la actualidad el número de personas que habitan el hotel supera las 300.
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