El Louvre es el museo más visitado del mundo y visita obligada para todos aquellos que van a París, pero este lunes se vio obligado a cerrar sus puertas por el colapso interno denunciado por su propio personal agotado. El martes el museo informaba en su web de que seguía cerrado.

Según explica CNÑ, el paro estalló durante una reunión interna rutinaria, cuando los vigilantes de sala, agentes de boletos y personal de seguridad se negaron a ocupar sus puestos. Argumentaban que no podían más y estaban terriblemente agotados, por las multitudes incontrolables, la falta de personal y las condiciones de trabajo insostenibles. 

Este es un cierre sintomático, que refleja una situación crítica: el mítico museo se ha convertido en emblema del sobreturismo global, desbordado por su propia fama, en un momento en que destinos como Venecia y la Acrópolis también buscan limitar multitudes y poner coto a un turismo masivo que genera muchos problemas.