¿Le habría gustado el reguetón a Dalí? ¿Los after a Miró? ¿La música electrónica a Picasso? Nunca lo sabremos, pero a lo mejor ha llegado la hora de cambiar un ratito los gin tonics por el impresionismo. Al menos así piensa el madrileño Museo Nacional Thyssen Bornemiza, que ha decidido abrir los sábados por la noche, para atraer a los jóvenes a sus salas antes de que emprendan la ruta del perreo. 

Las noches del Thyssen es una iniciativa que permite la visita gratuita de sus exposiciones temporales los sábados de nueve a once de la noche. Según el propio museo, ya son más de 47.000 personas las que han podido disfrutar de su colección con nocturnidad y alevosía. Sobre todo los más jóvenes, que son uno de los 'targets' de esta estrategia nocturnal.

La mitad de los asistentes a esta iniciativa confiesan que es la primera vez que entran en el Thyssen, de acuerdo a una encuesta realizada por el museo a más de 400 personas. Ese mismo estudio afirma que los jóvenes (entre 18 y 34 años) representan un 46,2% del público, mientras que en el horario diurno superan a duras penas el 10%. Nunca es tarde si la dicha es buena, a lo mejor cambiamos a Aitana por Edward Hopper.