Se sabe a qué hora se parte, pero no a qué hora se llega. Y si no, que se lo digan a los 137 viajeros que el pasado 24 de mayo partieron desde Zúrich con destino a Heraclion, en la isla de Creta. Lo que debía ser un vuelo de no más de tres horas de duración se convirtió en una pesadilla de 32 horas, con nada menos que cinco aterrizajes de emergencia, que no lograron tomar tierra en el destino.

Según informa ABC tomando la información de la web One Mile at a Time' el vuelo DE1234 partió de Zúrich con tan solo media hora de retraso. Tras dos horas de vuelo el avión se aproximó a la isla griega, pero el fuerte viento imposibilitó el aterrizaje. El comandante de la nave decidió planear en círculos mientras se calmaba el temporal. 

Tras más intentos fallidos de aterrizar y repostajes en Atenas, Cos y Tesalónica, el piloto 'tiró la toalla' y aterrizó en Atenas, desistiendo de llegar al destino original. Habían pasado 32 horas en balde, entre aterrizajes, horas de vuelo e inútiles aproximaciones al destino,