El aeropuerto de Hacaritama, ubicado en Aguachica, Colombia, se ha convertido en un destino peculiar para los viajeros que buscan una experiencia única.
Con su sala de espera bajo la sombra de un frondoso árbol de mango, este pequeño aeropuerto ofrece un ambiente acogedor y rural, alejado del bullicio de las terminales tradicionales. Así, cuenta con solo dos salones, pero su encanto ha llevado a muchos a describirla como “estar en un cuento”.
Otros en cambio, critican la falta de recursos y la romantización de ello.
A pesar de no contar con tecnología moderna como bandas electrónicas para el chequeo de maletas, los pasajeros disfrutan de un proceso manual que les permite sumergirse en la sencillez caribeña aunque con un pequeño inconveniente: tienen que llegar con suficiente antelación para pasar a tiempo el control.
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Los aplausos de los pasajeros al piloto tras un buen aterrizaje son ya un ritual en los vuelos comerciales. Sin embargo, desde la cabina, el responsable de la maniobra permanece sordo a la ovación
Unas estremecedoras imágenes muestran a una persona colgando de un globo aerostático ardiendo. Posteriormente, este accidentado, que había salvado la vida de otras dos pasajeros de la aeronave, caería al vacío y fallecería,
El reloj de la Puerta del Sol madrileña también quiso celebar el Día de Canarias este jueves, por lo que durante doce horas se sincronizó con el horario de esta región, demorando sus agujas sesenta minutos.