Una ley que obliga a algo tan básico como lavarse las manos y desinfectar los alimentos ha soliviantado a miles de indios, que han salido a las calles a protestar contra la medida, pues entienden que amenaza sus costumbres tradicionales, que según ellos están aliadas con la poca higiene.
Aunque las autoridades aseguran que la medida busca proteger la salud pública, los manifestantes la ven como una amenaza a sus costumbres más arraigadas. Para algunos, manipular los alimentos con manos sucias o manchadas con estiercol es un todo un ritual a la hora de preparar la comida y cocinar.
Los sectores que protestan ante esta ley, creen que se les está obligando a una “higiene extrema”. Estos tradicionalistas resumen su postura con la siguiente máxima: “Con dos baños al año basta”. También rechazan utensilios modernos, prefiriendo hojas de árbol como platos, en defensa de un estilo de vida más natural.
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