El velero Creole, una histórica goleta de 1927, ha regresado a Palma para su mantenimiento anual en los astilleros STP del puerto de Palma.
Con 65 metros de eslora y valorado en 20 millones de euros, este velero fue adquirido en 1983 por Maurizio Gucci, quien invirtió una gran fortuna y años de trabajo en restaurarlo.
A pesar de su imponente belleza y ser el velero más grande del mundo construido en madera, el Creole está envuelto en una atmósfera de mala suerte. Desde su adquisición, la familia Gucci ha sufrido varias tragedias, lo que ha alimentado la creencia de que el velero está maldito.
Construido originalmente por los astilleros Camper & Nicholson y restaurado en Astilleros de Mallorca, el Creole fue también escenario de la luna de miel de los Reyes de España en 1962, y ahora mismo se encuentra en las aguas mediterráneas.
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